Por una necesidad Empezaron con 500.000 pesos en Villavicencio, se compraron algunas telas, diseñaron la primera colección, confeccionaron, tomaron fotos, las subieron a Instagram y dos años más tarde abrieron la primera tienda física en plena pandemia.
Entender que había una oportunidad, que contaban con el conocimiento y que podían crear un segmento de mercado que no estaba presente. Esa fue la lectura que dio origen a este emprendimiento, una naciente empresa creada por una pareja de esposos que ya piensa en el crecimiento de su marca a nivel nacional con miras a la exportación.