La tasa de emprendimiento femenino se aleja de la masculina

La tasa de emprendimiento femenino ha sufrido un retroceso durante los dos primeros años de pandemia. Así se desprende de la última edición del Informe de Emprendimiento de Mujeres GEM. El estudio, que recopila datos sobre empresarios incipientes de más de 47 países de cinco continentes, mide todo el proceso emprendedor durante los tres primeros años y medio del proyecto, además de los potenciales (los que planean hacerlo en el próximo trienio).

Al analizar la serie histórica, se refleja un acercamiento progresivo entre la tasa de emprendimiento de hombres y mujeres desde 2012, año en el que la diferencia era de 3,4 puntos porcentuales –4% la de ellas y 7,4% la de ellos–. En 2021, en cambio, la tasa entre las mujeres creció hasta el 4,8%, mientras que la de los hombres ha bajado hasta el 5,6%. Así, el ratio mujer/hombre es de 0,95 (relativamente próximo a la igualdad). Así, se constata que la crisis provocada por la COVID-19 ha afectado más a la iniciativa emprendedora del colectivo femenino, bajando 1,2 puntos porcentuales en tan solo un año, mientras que la de los varones solo se ha reducido en siete décimas. 

Según datos del estudio, en España, el 17% de mujeres se encuentran dentro del proceso emprendedor –incluye a las que están pensando en emprender, las que están desarrollando un proyecto incipiente y aquellas que ya cuentan con uno consolidado–, frente al 22% de los hombres. El emprendimiento femenino es menor independientemente de la fase en la que se encuentre el proyecto emprendedor.

España, por encima de la media de los países analizados

Esta brecha de cinco puntos porcentuales, es pequeña en comparación con el resto de países estudiados (en estos, la diferencia aumenta a 10,1). Así, a nivel global, el emprendimiento masculino es superior al femenino en casi todos los países estudiados, con la excepción de algunos estados de Asia y África. Nuestro país se encuentra al nivel de países como Suecia, Noruega o Eslovenia.

Otro dato destacado del informe es la pérdida de optimismo entre ellas a medida que el proyecto va avanzando, tanto en la percepción de oportunidades, como en la facilidad para iniciar un nuevo negocio. Así, el 61% de las emprendedoras potenciales creen que han tomado una buena opción profesional, 13 puntos porcentuales más que las que ya cuentan con una empresa consolidada. Las nóveles también son más propensas (62%) a considerar que el emprendimiento otorga un estatus social y económico que las empresarias consolidadas (48%).

En cuanto a las fuentes de financiación, dos tercios (65%) tienen que iniciar su aventura empresarial haciendo uso de los ahorros personales. Las entidades financieras (14,9) y los familiares y amigos (10,9%) son las otras dos opciones más recurridas.

Si analizamos el sector de la economía en el que se sitúan estos nuevos negocios, ocho de cada diez pertenecen al sector servicios, seis puntos porcentuales más que los negocios consolidados La tasa de emprendimiento (74%).