La innovación tiene que premiar al mundo de la educación presidente de Innpulsa

Francisco Noguera se refiere, entre otros asuntos, al trabajo que vienen adelantando para promover la innovación desde los colegios.

Recién llegado a Innpulsa, el nuevo presidente de la entidad, Francisco Noguera, en conversación con Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador, habla de los cambios que cree que ha habido en el ecosistema de emprendimiento colombiano y, sobre todo, del papel que debe cumplir el matrimonio entre la innovación y la educación de cara a la creación de nuevas empresas y el crecimiento acelerado de las que ya están operando.

¿Cómo recibió a Innpulsa? ¿Qué le dejaron?

Me dejaron una entidad muy significativa en términos de su relevancia porque en los últimos tres años ha cobrado un lugar dentro del ecosistema de emprendimiento, es una entidad transformada desde su escala con presencia regional, una entidad con vocación de proyectarse al mundo y de posicionar el ecosistema colombiano a nivel global, eso es fruto de que un gobierno como este pusiera el emprendimiento como uno de sus pilares centrales. A raíz de la Ley de Emprendimiento, a Innpulsa lo ponen a articular lo que diferentes sectores y entidades promueven en términos de emprendimiento. Recibo una organización motivada, conectada con visión de futuro, un equipo humano de primera que se comporta como una startup, entonces esta es una oportunidad increíble.

Usted habla de ecosistema, y eso hace 15 años no tenía eco. En un resumen ejecutivo, para usted como presidente de Innpulsa, ¿cómo está el ecosistema de emprendimiento en Colombia?

Innpulsa está próxima a cumplir sus primeros 10 años, y parte de la razón de ser cuando nació era empezar a posicionar y articular un ecosistema de emprendimiento, un lenguaje, organizaciones que fueran parte de ese ecosistema; hace 10 años estaban llegando organizaciones internacionales y fondos de inversión, era todo muy incipiente. Hoy del ecosistema participan no solo entidades dedicadas exclusivamente a eso, como Endeavor Rockstar, sino que muchas participan, incluyendo universidades, cámaras de comercio y empresas grandes que colaboran con programas de emprendimiento corporativo.

El reto ya no es posicionar, porque ya está pasando. Ahora el reto que sigue, y con la nueva etapa de Innpulsa, es pasar a una serie de conversaciones más especializadas. En los últimos años y a raíz del crecimiento de todos los temas digitales, el boom del emprendimiento tecnológico hace que se hable de fintech, un sector financiero transformado por la tecnología, un ecosistema en sí mismo, con un marco regulatorio nuevo; y eso mismo lo vemos en otras verticales como el ecosistema gobtech, que es la colaboración de startup con el gobierno o todo lo que está en edtech, que es la educación mediada por la tecnología, lo mismo en proctech, el de bienes raíces.

Vemos una oportunidad para que Innpulsa acelere ecosistemas especializados que están recibiendo, entre otras, mucha atención de fondos internacionales que están poniendo, como nunca antes, sus ojos en Latinoamérica y aquí en Colombia. Y una más: antes se relacionaba al emprendimiento como una actividad absolutamente económica, y ahora es cada vez menos visible la línea que separaba el tema económico con las metas sociales, ambientales y de desarrollo sostenible, algo de lo que

La innovación Toda esa mirada, la de las empresas B, las empresas BIC, de fondos de inversión social y ambiental que buscan oportunidades, toda la mirada de objetivos de desarrollo sostenible es una tendencia imparable, y ahí estamos entrando a ser partícipes para que Colombia sea un ecosistema de emprendimiento enfocado en temas de impacto social y ambiental.