Emprendimiento es optimismo

Emprendimiento es optimismo

Emprendimiento es optimismo Si miramos a nuestro alrededor, de forma global, vemos que el concepto de economía social cada vez está más asentado, no solo en el pensamiento sino que tiene calado en nuestra economía

El optimismo consiste en la propensión a juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Dado que el emprendimiento está íntimamente ligado a la incertidumbre, es comprensible que aquellos que se embarcan en esta aventura se caractericen por la tendencia a valorar las situaciones de forma positiva. El optimismo es un valor en sí mismo. Tener expectativas positivas sobre un hecho determinado, no sólo nos ayuda a trabajar mejor, sino que además genera en nosotros un estado de anticipación, en unos casos, de excitación en otros, que pueden ayudarnos a generar ese ambiente positivo que todo emprendedor requiere.

Una de las consecuencias provocada por el COVID-19 fue la paralización que se produjo en la economía así como la inestabilidad política y con ello el incremento del desempleo, el cierre de negocios, la agudización de la desigualdad, un contexto que afectó directamente a los emprendedores, ya que no solo llevan la dificultad y el riesgo de emprender sino que a esto se añade una mochila llena de limitaciones, restricciones, el miedo a acudir a espacios cerrados, entre otros.

Ante esta situación los colectivos son vulnerables, en algunos casos, unos más que otros, ya que la desigualdad se incrementa inevitablemente si no se establecen ayudas o herramientas que les hagan salir de ese escenario. Uno de esos colectivos son los jóvenes. Con el tiempo vemos que las nuevas generaciones están más preparadas, pero la recompensa que obtienen del mercado no es en muchos casos equiparable a la formación y el esfuerzo realizado.

Aunque mayoritariamente nuestra cultura se caracteriza por el trabajo a cuenta propia, poco a poco son más los que optan por emprender como alternativa real de trabajo. Los jóvenes son esa parte de la población que empiezan a acudir a entidades (casas de bolsa, mercado de valores) donde encuentran asistencia y apoyo en el estudio de la viabilidad de su idea de negocio y las oportunidades de financiación. Sus motivaciones suelen ser comunes: querer ser su propio jefe, poner en marcha la idea que siempre les ha rondado la cabeza, obtener una rentabilidad financiera mayor que por cuenta propia y por supuesto la flexibilidad de horarios.

Estamos muy a la cola de otros países en lo que respecta a crear unas condiciones idóneas para emprendimiento juvenil, pero comenzamos con buenos pasos, por eso es muy importante la sensibilización desde la aulas. Las píldoras de emprendimiento que se imparten en los institutos sirven para sensibilizar, motivar y establecer las bases y el conocimiento de que emprender es una opción totalmente válida de trabajo. El desconocimiento de esta información hace que este canal de inserción se vea muy complicado y distante.

De ahí lo fundamental de apoyar el emprendimiento desde todas las vías posibles, y por parte de entidades tanto públicas, como privadas. Pero no solo hay que acompañarles en el análisis de la viabilidad de la idea de negocio, sino que también darles apoyo en la parte de la financiación. No todos los emprendedores tienen un capital propio para emprender, esto en los casos de la población en condición de vulnerabilidad puede ser uno de los hándicaps que les haga desistir de su idea. Hoy en día hay entidades o alternativas para pedir financiación con requerimientos más adecuados a los emprendedores, como puede ser, por ejemplo, los microcréditos, que son créditos destinados para emprender y con condiciones adaptadas a su realidad.

Los negocios de comercios y servicios de toda la vida en líneas generales se siguen poniendo en marcha pero con la inclusión de jóvenes emprendedores y unido a su nacimiento dentro de las nuevas tecnologías hacen irremediablemente que cambie la forma de entender el mundo, por lo que los proyectos van más encaminados a negocios más inmediatos e informatizados como pueden ser el desarrollo de las apps.

Y si miramos a nuestro alrededor, de forma global, vemos que el concepto de economía social cada vez está más asentado, no solo en el pensamiento sino que tiene calado en nuestra economía. Al final lo importante es poner el foco en las personas, fomentar la participación y el respeto al medio ambiente. Para poder llevar a cabo estas premisas es fundamental incorporarlas en el propio estudio de la idea de negocio, eso posibilitará que la empresa cumpla con los requisitos medioambientales, tenga unas bases de responsabilidad corporativa y garantice la igualdad del trabajo entre hombres y mujeres.

Qué importante es que las personas que quieran emprender vean oportunidades en vez de dificultades, no es que no las haya, que por supuesto las hay, pero la finalidad se debe centrar en la persona, en que vea sus posibilidades, sus capacidades y haga un buen estudio de la idea de negocio para que sea rentable. En fin, Tenemos que tener la capacidad de identificar en todas las fases de nuestro proyecto con quienes emprendemos, quienes nos acompañan, quienes son al fin y al cabo el ecosistema que estamos creando para llevar a cabo nuestro sueño. La elección de nuestros socios es importante para seguir avanzando de forma optima en nuestro día. Ojo (El optimista siempre tiene un plan, el pesimista siempre tiene una excusa).