Ellos le ponen mensajes irreverentes y de buen humor a las botellas de vino

Ellos le ponen mensajes El emprendimiento se llama La Botellería Bog y envía frases impresas como “El vino no te emborracha, te pone mágico”.

Ellos le ponen mensajes “Nuestro emprendimiento nació en medio de la pandemia. Con la crisis que generó el Covid -19 Julián se quedó sin empleo y no podíamos quedarnos esperando que cayera una solución del cielo. En una reunión para buscar opciones a Daniel se le prendió el bombillo y propuso la idea. Nos pusimos manos a la obra y desde ese día, en mayo de 2020 no hemos parado de compartir mensajes cargados de buena vibra. La idea es que las personas de vez en cuando dejen de tomarse la vida tan en serio”, así lo van narrando Julián Botero y Daniel Vergara, las cabezas detrás de una idea de negocio que recurre a tradiciones del pasado para enviar mensajes que traspasan la distancia y llegan a cualquier parte del país.

Sus botellas personalizadas están empacadas en cartón reciclado y además de contribuir con el cuidado del medio ambiente, son una buena alternativa para que sus clientes ahorren, ya que la tapa que protege este artículo se convierte en una alcancía.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Julián Botero, 39 años, es Ingeniero Ambiental.

Daniel Vergara, 44 años, Marketing.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

La Botellería Bog surgió como un emprendimiento en el inicio de la pandemia. Julián se había quedado desempleado por la crisis del Covid, buscar empleo en ese momento era bastante complejo. Había dos alternativas para la situación, o nos sentábamos a esperar a que todo mejorara, sabiendo que eso podía tardar meses e incluso años, o intentábamos generar una solución inmediata para el problema. Y ahí surgió la idea de hacer un emprendimiento que llenara algunas necesidades del mercado en ese momento. Queríamos lanzar un producto que fuera novedoso, personalizable y que se pudiera vender a través de canales digitales.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Lo primero fue que nos pusimos una fecha para salir “al aire” con la idea. La carrera contra el reloj fue clave para motivarnos a desarrollar el producto con mucho ahínco.

Tuvimos varias reuniones en las cuales fuimos concibiendo el producto, a quiénes nos íbamos a acercar con los mensajes, la marca, el empaque, la imagen, los canales digitales, etc. Y cuando se llegó el día salimos al aire, sin una sola botella física, con mucha incertidumbre, pero con la convicción que teníamos algo bueno en nuestras manos. Desde ese momento no hemos parado ni un día de trabajar por este sueño.